Post by chandy on Sept 6, 2006 12:29:28 GMT -5
MI HIJO Y SUS AMIGOS IMAGINARIOS
¿DEBO PREOCUPARME?
Ver a un niño jugar y hablar con alguien que verdaderamente no está ahí, es algo normal, pero cuando el chico actúa como si este amigo fuese real, los padres comienzan a preocuparse, pensando que quizás su pequeño retoño está teniendo algún tipo de alucinación o desorden mental.
AMIGOS IMAGINARIOS: ¿ES REALMENTE NORMAL?
Según algunos estudios, los amigos imaginarios son frecuentes en el 50% de los niños, de entre 3 y 10 años, en especial en aquellos pequeños notablemente inteligentes, y en hijos únicos. La capacidad de fantasear a partir de aspectos concretos de la realidad, habla de una gran fertilidad creativa, por lo que tener amigos imaginarios ciertamente ayuda al desarrollo cognitivo.
El desarrollo emocional y social también se ve afectado con la “presencia” de estos amigos ficticios, pues mediante el juego, el pequeño comienza a aprender insertarse en un mundo social, sobre todo cuando se siente inseguro para enfrentar nuevas relaciones sociales, como cuando entra al jardín de niños, o al colegio. Por otro lado, mediante este nuevo amigo, el pequeño podrá exteriorizar emociones y sentimientos que no se atreve a validar como propios, tales como angustia, miedo, rabia o envidia.
¿PUEDE LLEGAR A SER ALGO MALO?
Mientras el niño encuentre un punto de equilibrio entre la realidad y la fantasía, no habrá problemas y, por el contrario, se potenciarán aquellos elementos creativos que tanto falta en los niños de hoy.
Sin embargo, en ocasiones, los niños acuden a sus amigos imaginarios como una manera de evadirse de la realidad, cuando ésta se muestra muy hostil para él. Es frecuente que niños que sufren algún tipo de maltrato en casa, o que se sienten abusados por los compañeros de la escuela, se refugien en la fantasía. En estos caso, el amigo imaginario ocupa un papel reparador, al transformarse en una figura consoladora y cariñosa que el pequeño no querrá abandonar.
Frente al completo refugio en la fantasía, que puede tener por consecuencia un alejamiento del contacto con otros niños u otras actividades, hay que tomar medidas.
ALGO QUE CONSIDERAR. . .
Al igual que el niño va perdiendo poco a poco el interés por los juguetes, irá perdiendo gradualmente el gusto de hablar con su amigo imaginario, por lo que es importante no presionarlo para que abandone a su amigo, ya que lo más probable es que termine por ocultarlo, acostumbrándose al hecho de que la creatividad no es algo socialmente valorado.
Evita frases como “estás mintiendo”, cuando el pequeño diga que su amigo hizo esto o aquello... si es que llegara a echarle la culpa a su amigo, por algo que él hizo, lo mejor es conversar con el niño acerca de porqué está mal lo que hizo su amigo, y porqué no debiera de hacerlo de nuevo, más que reprenderlo por querer evadir su responsabilidad.
¿DEBO PREOCUPARME?
Ver a un niño jugar y hablar con alguien que verdaderamente no está ahí, es algo normal, pero cuando el chico actúa como si este amigo fuese real, los padres comienzan a preocuparse, pensando que quizás su pequeño retoño está teniendo algún tipo de alucinación o desorden mental.
AMIGOS IMAGINARIOS: ¿ES REALMENTE NORMAL?
Según algunos estudios, los amigos imaginarios son frecuentes en el 50% de los niños, de entre 3 y 10 años, en especial en aquellos pequeños notablemente inteligentes, y en hijos únicos. La capacidad de fantasear a partir de aspectos concretos de la realidad, habla de una gran fertilidad creativa, por lo que tener amigos imaginarios ciertamente ayuda al desarrollo cognitivo.
El desarrollo emocional y social también se ve afectado con la “presencia” de estos amigos ficticios, pues mediante el juego, el pequeño comienza a aprender insertarse en un mundo social, sobre todo cuando se siente inseguro para enfrentar nuevas relaciones sociales, como cuando entra al jardín de niños, o al colegio. Por otro lado, mediante este nuevo amigo, el pequeño podrá exteriorizar emociones y sentimientos que no se atreve a validar como propios, tales como angustia, miedo, rabia o envidia.
¿PUEDE LLEGAR A SER ALGO MALO?
Mientras el niño encuentre un punto de equilibrio entre la realidad y la fantasía, no habrá problemas y, por el contrario, se potenciarán aquellos elementos creativos que tanto falta en los niños de hoy.
Sin embargo, en ocasiones, los niños acuden a sus amigos imaginarios como una manera de evadirse de la realidad, cuando ésta se muestra muy hostil para él. Es frecuente que niños que sufren algún tipo de maltrato en casa, o que se sienten abusados por los compañeros de la escuela, se refugien en la fantasía. En estos caso, el amigo imaginario ocupa un papel reparador, al transformarse en una figura consoladora y cariñosa que el pequeño no querrá abandonar.
Frente al completo refugio en la fantasía, que puede tener por consecuencia un alejamiento del contacto con otros niños u otras actividades, hay que tomar medidas.
ALGO QUE CONSIDERAR. . .
Al igual que el niño va perdiendo poco a poco el interés por los juguetes, irá perdiendo gradualmente el gusto de hablar con su amigo imaginario, por lo que es importante no presionarlo para que abandone a su amigo, ya que lo más probable es que termine por ocultarlo, acostumbrándose al hecho de que la creatividad no es algo socialmente valorado.
Evita frases como “estás mintiendo”, cuando el pequeño diga que su amigo hizo esto o aquello... si es que llegara a echarle la culpa a su amigo, por algo que él hizo, lo mejor es conversar con el niño acerca de porqué está mal lo que hizo su amigo, y porqué no debiera de hacerlo de nuevo, más que reprenderlo por querer evadir su responsabilidad.